María Estela Girardin, periodista. @estela_girardin
La caída del consumo de vinos; los bajos precios de la uva; la falta de estrategias de promoción en el exterior y una legislación desactualizada son algunas de las cuestiones que inundan de pesimismo la escena del vino chileno actual.
En ese contexto, ¿hay aspectos positivos? ¡No todo puede ser tan negativo!, me respondo. En la industria del vino – como en todas – hay ciclos y las crisis son parte de su desarrollo. Entrando al siglo 20 también se alarmaban por la caída de precios y los consumidores buscaban salud y placer. Incluso la pandemia dejó algo bueno: aumentó el consumo doméstico, algo que nadie previó. Al final, las pequeñas viñas ganaron en exposición, se subieron al carro de las redes sociales y a la venta directa. Un buen ejemplo de que ante las crisis podemos paralizarnos o intentar salir. Mi propuesta es que aclarando lo bueno, encontremos razones para tomar nuevo impulso.
Hace 10 años no existía el Día del Vino Chileno. Pero el 4 de septiembre no es casual y obligó a darle nuevos argumentos al vino. También puedo enumerar otros avances que hablan de un ecosistema más integrado e innovador. Hasta el 2010 no existían asociatividades tan diversas como VIGNO, MOVI, Mujeres del Vino, Maipo Origen; ALMAULE y Viñaderos de Empedrado ni cooperativas como COVICAM, Lagar de los Oasis en Pica y Licanantay en Toconao; ferias y guías como Catad’or, Chanchos Deslenguados; ExpoVino; Masal, Vinos de Proa y Tiny Tastings; tampoco un medio independiente como WIP.cl ni, avanzando al 2018, instituciones como Enoturismo Chile con los Premios Enoturismo y Enoticket. Agreguemos nuevos diplomados, academias y centros de servicios como IIVO, o las investigaciones del INIA y consorcio I+D, gracias a las cuales se avanza en la identidad genética del viñedo chileno y en sostenibilidad.
Este no es un movimiento que haya ocurrido en un día. Lo más importante es que fuimos en busca de nuestra identidad y, en ese proceso, el mapa de Chile se amplió y al ampliarse ganamos en identidad y diversidad. Lo viejo se convirtió en lo nuevo, la cepa francesa convive con la criolla y hoy tenemos un modelo vitivinícola único. Nilo Mejía, investigador del INIA analiza el momento: “Es interesante porque la investigación genética en cepas criollas y patrimoniales lleva al menos 10 años desarrollándose. El desafío actual es que haya una transferencia no sólo al sector productivo, sino al enoturismo y la gastronomía. El mundo busca lo original y Chile lo tiene”. Un optimismo que comparte su colega Irina Díaz: “Ya se entendió que estas cepas gustaban y comprobamos su arraigo sociocultural. Hoy tenemos más integrado al mundo productivo y nos queda conectarlo con la arqueología y la historia”.
Daniel Kahneman ganó el Nobel por demostrar que si quieres movilizar gente en condiciones de incertidumbre, la noción de pérdida te paraliza y olvidas lo ganado. Aplicando este razonamiento al vino chileno, quizás llegó el momento de movilizarnos desde los logros, en lugar de paralizarnos desde la copa vacía.
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María Estela Girardin, @estela_girardin
Sobre la autora:
María Estela Girardin Baigorrotegui es periodista y asesora de comunicaciones chilena con más de 27 años de experiencia en desarrollo de contenidos, estrategias de comunicación y relaciones públicas que combinan el mundo financiero, gastronómico, turístico y cultural. Es Licenciada en Comunicación Social por la UCAB, egresada de la Maestría en Literatura Latinoamericana de la USB, y con estudios en D.O. en la Universidad de Chile. Ha recibido becas de la AECI y del Ministerio de Educación y Cultura de España, además de premios por investigación periodística. Habla español, francés e inglés. Ha trabajado en Chile, España, Venezuela y Francia.
Los últimos 15 años – colaborando en Revistas In Lan e In Wines, La Tercera, Academia de Emprendedores de ADN Radio, Canal HORECA y WIP.cl - Wine - Independent - Press - los ha dedicado a difundir destinos, sabores y mostrar el rostro del turismo desde las más diversas plataformas autogestionadas: blog whereismeg; podcast Manda Fruta; libro Bitácora de Turismo Emprendedor (acceso gratuito desde su web Inicio ) y su propio Instagram @estela_girardin.